Es muy probable que ya hayas escuchado hablar de la procrastinación, ha sido un tema de conversación muy popular en los últimos años desde que trabajar en home office se volvió una realidad. 


Según la RAE, procrastinar viene del latin procastiãre, que se refiere a diferir o aplazar. 


Todos nos hemos encontrado en ese lugar en el que se vuelve complicado enfrentar una tarea, y resulta más sencillo sustituirla por una actividad que nos da seguridad, tranquilidad o bien una sensación de confort, y no necesariamente está ligada a nuestra capacidad o a un acto de pereza, sino a lo que representa esta tarea para nosotros de una manera inconsciente. 


¿Qué hay detrás de esta tarea tan abrumadora? 


Miedo a fracasar, ver una meta demasiado grande o imposible que nos haga cuestionarnos de más cómo empezar, y es aquí cuando creamos previos y eternos preparativos, en otras ocasiones esto nos suele paralizar o desmotivar; muchas veces esto habla de un estado mental que afecta nuestra seguridad para crear los escenarios que buscamos manifestar en nuestra vida.


¿Será que al igual que una tarea estamos aplazando nuestro propio éxito y bienestar?


 El mismo que buscamos perseguir todos los días, suena contradictorio pero al mismo tiempo es completamente humano y natural. 


Muchos psicólogos consideran la procrastinación como un síntoma de problemas más grandes, como la depresión, el trastorno por déficit de atención por hiperactividad, o también como un rasgo de la exigencia en la que nos hallamos sometidos en la época contemporánea, donde la productividad se ha vuelto el valor de nuestra capacidad como personas. 


El crecimiento está hecho para aquellos que están dispuestos a sentir el miedo como una herramienta más que un paralizante o un tranquilizante temporal, cuando nos encontramos en nuestra zona de confort recurrimos a un repertorio de conductas y creencias que nos protegieron de alguna forma dando un desempeño aceptable pero que a la vez nos impedía ver las oportunidades de crecimiento.


¿Dónde encontramos el equilibrio y una productividad sana? 


¡Tomando acción desde el cambio!


Dejar de ahogarnos en un mar de malos hábitos sin dejar de accionar por completo, atrevernos a asumir los riesgos que conlleva cualquier decisión que tomemos, haciendo consciente lo que no nos está funcionado para atrevernos a salir de esa zona confort prolongada que sólo apacigua nuestro potencial. 


Entrar a la zona de crecimiento y oportunidad no es fácil, se requiere romper con un esquema completo de creencias construido alrededor de los años para ser una persona diferente y obtener un cambio significativo. 


Pero esto es poco a poco,  podemos empezar decidiendo llevar nuestras ideas y sueños al siguiente nivel en un camino imperfecto. 


  • Establece un plan, una meta, y no dejes de accionar. 


Visualiza dónde te gustaría verte, qué tipo de persona te gustaría ser, todos los días podemos hacer algo para lograrlo ya sea pequeño o grande. Recuerda que como parte del plan debes de tener momentos de pausa que te ayudarán a regresar con más ideas y mucha creatividad. 


Según el Doctor ARI Kiev, en su libro Estrategia para la vida diaria, menciona que: “el establecimiento de una meta es la clave para una vida de éxito. Desde el momento que las personas deciden concentrar sus esfuerzos en el logro de los objetivos y metas comenzaron a superar los obstáculos más difíciles”.


(Pacheco, 2016)


  • Crea escenarios que te hagan más sencillo el proceso.


Tu entorno influye bastante en tu rendimiento, procura tener momentos en el día para trabajar en espacios al aire libre o que te permitan ser flexible con tus ideas, además de tener un área para trabajar que vaya completamente con tu personalidad, rodéate de una comunidad que te impulse y aporte mucho valor para lograr tus objetivos


¡Trabaja en un lugar que te haga sentir que estás cumpliendo ese sueño desde hoy! 


Busca que tus necesidades básicas estén cubiertas durante el día de manera práctica para enfocarte en lo importante. 


Adopta hacks para enfocarte y que te ayuden a que tus tareas sean más amenas, una tarea puede tener varias subtareas, desglosa una grande y empieza poco a poco, sin darte cuenta te verás avanzando más de lo que crees. 


La técnica  “Pomodoro” de trabajo interrumpido de momentos de descanso por tiempos de total concentración es un gran aliado. 


  • Permítete equivocar eligiendo lo diferente.


Elegir y errar es parte también del proceso, si no elegimos diferente no sabremos qué funcionará para esta nueva versión de nosotros mismos, no hay nada que perder al contrario, esto sólo aumentará nuestra confianza, nos motivara a seguir accionando de una manera más acertada y la fuente de ideas será ilimitada. 


  • Las dificultades son parte del crecimiento. 


Las dificultades están para enseñarnos y necesitamos de ellas para crecer junto con nuestras ideas, date permiso de desarrollar nuevas capacidades poniendo a prueba lo que sabes hacer y aprendiendo a elegir las batallas para establecer las prioridades que te acercan a tus metas.


Y por último, encuentra el gusto de trabajar todos los días en crear la realidad con la que siempre habías soñado. 


Lograrlo depende solamente de ti.

Be the first one to leave a comment!
Sign in or join to post new comments